Ella Me Dejó
Molía los granos de café y comenzaba a calentar el agua para empezar a hacer mi filtrado del día. El olor a café iniciaba a enamorar, comenzaba a dar sus primeros mimos.
El caso es que fue sin aviso previo; solo sucedió, llegó en un mensaje decifrado; pero fue muy directo.
Sí. Ella me dejó.
Creo que ya se había ido como hace un año atrás, solo la inersia la mantuvo cerca por todo este tiempo; todo parecía eterno; pero me di cuenta que todo se había caído, solo que lo hizo en cámara lenta. Un simple “hola” extranjero hizo la fisura necesaria.
Supongo que miró la lluvia por la ventana y se dio cuenta que estaba mejor afuera que a mi lado.
Me dejó con el poema en la boca, y no insistí en terminarlo, el poema sigue incompleto.
Me dejó con muchas preguntas.
Me dejó con un libro sin nombre ni apellido.
Me dejó con la luna menguante.
Si la ven, no le digan que leyeron esto; ni la llaman por su nombre (inspiración), si la ven en la lluvia, solo pasen de largo; si le escriben no lo hagan con un punto final… finjan (como yo) que no existe y que no la extrañan; al final ella buscaba esto sin saber pedirlo.
Mientras trabajo para que un libro tenga vida, escucharé más canciones y leeré otros poemas.
Ella me dejó. Gracias, luna llena, por quedarte y hacerme escribir.